martes, 4 de noviembre de 2014

Cuando en clase veo y escucho a mis "niños y niñas" de 30 años, siempre se me viene a la mente esta dichosa frase. En muchas ocasiones, los adultos en clase demuestran sus habilidades, en otras dejan mucho que desear, pero lo que a la luz siempre queda son las características propias de quien tiene alguna que otra discapacidad, síndrome, trastorno o.... TDAH y que en la mayoría de los casos, ni siquiera lo tienen diagnosticado. Eso sí, todos  y todas sabemos hablar de los demás, a veces con acierto y muchas con desconocimiento. En ese sentido, la educación en valores y de respeto mutuo a y para los demás, se complica con la edad, de ahí que una imagen refleje mi opinión a la hora de tratarlos a todos y todas por igual, y que entre ellos se valoren y se respeten desde lo más profundo de su corazón, pues....alguno o alguna pudiera tener TDAH y nunca haberlo sabido, pero sí haber sentido en su persona la indiferencia y la falta de respeto con la que, a veces, son tratados, y que llegado este momento tendría una explicación lógica y una solución más que digna. ¡¡¡Todos y todas cabemos en la casa de TDAH!!!

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